Nunca voy a olvidar cómo sonaba el timbre de mi casa, porque todos los chicos querían jugar con mi barco pirata.
Mi abuela vivía en Italia, y rara vez venía de viaje a visitarnos.  Una de esas pocas veces vino con un paquete, era el paquete más grande que nunca había visto, obviamente casi que se lo saqué de las manos,  sin decir hola, lo abrí y no podía creer lo que había adentro, el barco pirata de Playmovil, era increíble, nunca pensé en mi vida tener algo así.
Rápidamente me dispuse a abrirlo y empezar a armarlo, me llevo todo el día pero con una paciencia enorme, cada parte tenía que encajar perfectamente, cada pegatina en sincronía con el contorno de la pieza, las velas con sus sogas haciendo que el viento lo lleve y me lleve a algún lugar lejos lejos.
Las batallas marítimas más grandes de la historia de la humanidad, se ejecutaban en mi pelopincho todas las tardes de verano, se podía escuchar como los piratas una y otra vez hundían y se apoderaban de todo lo que había cerca.
Hoy mis hijos juegan con mi barco pirata, ya sin velas totalamente despintado y casi sin tripulación, pero yo no podría ser más feliz.
Alejandro

Hola! Les mando imagenes de los juguetes que usábamos nosotros cuando eramos chicos.

Las bolitas y el Atari con los que jugaba mi marido Diego.  Mi suegra los conservó así que ahora andan dando vuelta por la casa!
De mis Pin y Pon no quedó ni rastro, y el maldito cubo mágico que nunca pude armar se fue deteriorando después de pintar cada cuadradito con el color que me convenía y hacer trampa!!!!

Besos, Vero y Diego Mancini




De niña me encantaba jugar con bolas de cristal, o canicas, como suelen conocerse en otras regiones de Colombia. A pesar de que mis padres se molestaban porque era un juego de "niños", yo no dejaba de quedarme tardes enteras apostando mis canicas más preciadas, y todo para lograr ganar las de mis amigos, esas que guardaban con recelo. Además de conseguir verdaderas joyas preciadas en las apuestas, acostumbraba a emprender travesías a lo largo y ancho de la finca de mi abuela, donde se hallaban cientos de canicas enterradas bajo la oscura tierra. A eso se le sumaba comprar compulsivamente unas paletas muy famosas en aquella época, de las cuales obtuve mis bolas de cristal más coloridas y llamativas. 

Vanessa Acosta Correa
Estudiante de Lic. en Pedagogía Infantil
Universidad de Antioquia

Colombia 


En mi infancia tuve la fortuna de tener una barra de amigos con los que nos juntábamos en la vereda, nuestros juegos favoritos eran: protagonizar nuestras historias inventadas, patinar o andar en bici en la calle; a la mancha, la escondida, a cazar mariposas o bichitos de luz cuando estaba oscureciendo. Teniamos un club, las credenciales estaban hechas por nosotros, los varones formaron el equipo de fútbol, las chicas eramos las que alentabamos y nos pintabamos las remeras a mano.
Los días de lluvia nos quedábamos en los garages que no estaban cerrados o en los porches y ahi jugábamos con las muñecas o vendedoras ,o a cocinar usando el agua de lluvia para preparer las sopas,con plantas, lombrices y caracoles. Y de esas tardes recuerdo este  Ludo.
"El Ludo con imanes" era uno de los juegos que tambien disfrutábamos en los viajes largos que hacíamos en auto con mi familia y lo extraordinario era que las fichas no se caían
aún en los caminos mas difíciles

Laura Brizuela.


Una fría tarde de invierno fuí con mi hija Leticia a comprar su regalo de cumpleaños nro 5 .
La llevé a una juguetería enorme y nos quedamos extasiadas mirando la vidriera adonde habían toda clases de juegos de mesa y juguetes.
La primera que vió Leticia y la última que eligió fue una hermosa y sonriente munñequita que se llamaba "Frutillita" que parecía hablarnos a través del vidrio de la vidriera y decirnos
"Llévenme con ustedes, aquí estoy un poco aburrida...."
Salimos muy contentas de la juguetería con un enorme paquete con un moño colorado.
Desde ese día Leticia y Frutillita fueron muy amigas, a tal punto que iban juntas al jardín y también a la placita del barrio.
El tiempo fue pasando y Leticia fue cambiando de intereses. Prestaba más atención a los encuentros con amiguitas, libros, al deporte y a los juegos de ingenio. De cualquier forma, siempre la conservó en su dormitorio, expuesta en un estante, adornando su biblioteca y acompañando su crecimiento.
Leticia estudió, se recibió,se casó y se fue a vivir a otra casa. Sin embargo siempre se acordaba de Frutillita a quien llevó y guardó en un baúl como recuerdo de su infancia.
Al poco tiempo de casarse tuvo una hijita, Emilia, y a que no saben que le regaló cuando nació?
- Si ! Acertaron ....el primer regalo que le hizo, fue su muñeca Frutillita, deseándole que la acompañara y la hiciera feliz como la había hecho a ella.

¿Repetirá Emilia la misma historia que su mamá, cuando crezca y tenga su hijita?
¿Qué les parece?
Marta