A él me lo regalaron cuando nací. Yo era muy chiquita y no sabía cuidarlo (por eso ahora le falta una oreja). Yo siempre lo llevaba a todos los campamentos hasta que lo perdí en él 2015. En él año 2017 en Tandil lo encontré y desde allí nunca lo perdí. En su barriguita lleva una luz de noche. Yo recuerdo que siempre dormía con él.

Oldi era mi muñeco favorito, era lo mejor, pero al pasar el tiempo lo dejé de usar. Era el muñeco para los campamentos, y seguirá yendo conmigo. Es abrazable y peludo. Cuando estaba triste me acostaba con él. Es mi acompañante para pelis de terror. Me lo trajeron mis tíos de Estados Unidos por eso estudio inglés con él.

Sabrina H.6º B
Instituto Tomás Devoto
Buenos Aires - Argentina

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