Cuando yo tenía 4 años tenía una muñeca que se llamaba JARDI. Decidí llamarla así, claro, por su ropa. Al siguiente año de mi vida, cuando tenía 5, la perdí y no sabía dónde estaba. Me preocupaba por lo que había sucedido. La busqué por todos lados. Yo pensaba que nunca la iba a encontrar. Al tener 9 años me olvidé completamente de ella. 

Un año después en la casa de mi abuelo, encontramos una caja con recuerdos. Entre ellos estaba mi muñeca. Me emocioné por todos los recuerdos que había vivido con ella, y decidí llevármela para vivir más.

Pilar Q.
6to. B
Instituto Tomás Devoto
Buenos Aires - Argentina

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