Tardecitas de domingos invernales eran las preferidas, para los chicos y grandes, para sentarnos a jugar al Scrabble, juego donde la habilidad era formar la mayor cantidad de palabras alcanzando el mejor puntaje...

Aún hoy me queda en  el recuerdo cómo lo disfrutábamos junto a mis primos y tíos.
Era un verdadero juego en familia, donde también estaban las infaltables "tortitas negras, medialunas, galletitas con formitas  y chocolate caliente de la tía Rita, acompañando mis hermosos domingos allá, en mi niñez, por la década del 70.
Sandra

Leave a Reply